Brillante y colorido, adornado con cuentas o monedas, el tejido de una falda larga que se mueve en el espacio… Según sus movimientos, deja entrever una pierna femenina, que aparece en la abertura de la falda. Siguiendo la cadencia de los ritmos secos o suaves de un tam-tam., la cintura al aire libre dibuja un ocho ayudándose de las caderas, y el ombligo vibrante, como el punto de gravedad. La piel se transforma bajo las ondulaciones, tal como una serpiente. La silueta fluida parecida a la de una sirena, baila, con sus manos, sus brazos, su pelo y su mirada. ¡Todo el cuerpo se menea! Acabas de ser hechizado por la embaucadora danza oriental o del vientre, y esto sólo es el principio…

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Seguramente tengas en mente a las fascinantes cantantes Shakira o Beyoncé, cuyos cuerpos captan todas las miradas gracias a sus sensuales curvas. Ninguna de las dos es árabe, pero sus pieles parecen llevar el ritmo del Raqs al Sharqi u Oryantal Dansi. Los franceses fueron los primeros en quedarse con la boca abierta al descubrir esta danza, cuando los saldados de Bonaparte llegaron a Egipto. Al ver esos vientres semi-desnudos contonearse de manera lánguida, pensaron que las bailarinas eran prostitutas, cuando no tiene nada que ver. La danza oriental goza de un poder tan afrodisíaco y excitante, que no deja a nadie indiferente, aumenta el deseo y si te atreves a bailarlo, tu atracción será un éxito.

“La mujer es una idea, la más fuerte de la naturaleza, pero es una idea que baila”, decía el poeta francés Jacques Prévert. Comparar a la mujer con un baile es una de las más bellas figuras, pero se dice que a sus orígenes, la danza del vientre era ante todo un ritual de ceremonia para un dios o bien, una danza inventada para la mujer.

Su historia y tradición es tan apasionante como la de Marrakech, la Perla del Sur o la Ciudad Roja de Marruecos. Allí podrás descubrir los ambientes de los más grandes mercados tradicionales –zocos- del país, y de la plaza Djemaa el Fna, de las más concurridas del mundo entero. Por la noche, se llena de puestos de comida, acróbatas, cuenta-cuentos, vendedores de agua, bailarines y músicos. Lo que te falta para vivir plenamente el universo donde nació la danza oriental. También son claves las mezquitas, los palacios y jardines de Marrakech, ¡menéate!

Cha-cha-cha, salsa, rock, hip-hop, flamenco, charleston, tango, zouk, rumba, rock, boggie-woogie… ¡Existen miles de bailes para ponerte en trance! ¿Por qué no empiezas por la danza del vientre, mientras estas de viaje a Marrakech? Asiste a una cena-espectáculo o toma unas clases…Alquila apartamentos en Marrakech y déjate llevar por los ritmos sensuales del Raqs al Sharqi.