Si hay algo característico en la ciudad de Madrid es El Rastro. Ésta no sería lo mismo sin él, que pertenece al Patrimonio Cultural del Pueblo de Madrid. Se trata del mercado callejero más emblemático de la capital y uno de los más antiguos de España.
Todos los domingos y festivos entre las 9:00 y las 14:00 horas, cientos de puestos ambulantes se amontonan conformando el mercado en torno a la calle Ribera de Curtidores y sus aledaños. Se trata de una visita ineludible en la estancia de todo turista en la capital, así como de un punto de referencia para los madrileños.
En este mercado de origen medieval se puede comprar casi de todo: desde ropa de primera y segunda mano, calzado, libros o antigüedades, hasta fruta, flores, complementos, artículos de coleccionismo, música, cuadros o los cachivaches más absurdos. El Rastro se extiende a través de un triángulo cerrado, delimitado por la calle Toledo, la calle Ronda de Toledo y la calle Embajadores.
Para facilitar la compra a los miles de curiosos que se acercan hasta el mercado, los productos están distribuidos por calles. Así pues, a lo largo de la calle Ribera de Curtidores se acomodan los puestos de artesanía, antigüedades y ropa de primera mano. En torno a la calle San Cayetano se venden las pinturas y obras de arte. A esta calle se la conoce con el sobrenombre de “la calle de los pintores”, ya que además de los puestos ambulantes, tiene numerosas tiendas de pintura. La plaza del General Vara del Rey concentra a los puestos de ropa de segunda mano. En la explanada del Campillo hay una gran variedad de artículos: telas, pieles, herramientas, música, prensa antigua, etc. Y los amantes de las antigüedades, no tienen más que acercarse a la calle Rodas.
Se trata de un mercado céntrico, de fácil acceso a pie, en metro o en autobús. Las estaciones de metro más cercanas son La Latina y Puerta de Toledo.
El Rastro posee una enorme afluencia de público: por aquí pueden pasar más de 100.000 personas cada domingo por la mañana, ya que se trata de un mercado de fama internacional. Muchos turistas hacen una etapa en Madrid únicamente para ir al Rastro. Los días festivos hay menos puestos y menos gente, lo cual es ideal para quien quiera huir de las aglomeraciones de los domingos.
La palabra Rastro viene del lugar donde se mataba a las reses, el matadero. Después de degollarlas y venderlas al mayor, éstas dejaban un rastro de sangre cuando se las trasladaba de un lugar a otro. En torno al matadero se encontraban las tenerías, donde se aprovechaban las pieles para su curtido, de esta actividad sale el apelativo de su principal arteria la Ribera de Curtidores.
Después de toda una mañana de compras y regateos, una de las mejores opciones es ir a tomar unas tapas y beberse un buen chato de vino en uno de los típicos bares de la zona. No puedes perderte una visita a este mercado encantador. Para ello, visita la capital de España y alójate en los mejores apartamentos en Madrid.
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