viernes, 13 de marzo de 2009

El Raval de Barcelona


El barrio barcelonés del Raval ha tenido tantos nombres como caras distintas: barrio Rojo, barrio Chino, Little Islamabad, Arrabal, Ravalkistán, Rawal… Antaño, el Raval era el barrio de extramuros de Barcelona: un distrito portuario de mala muerte, lleno de drogas, delincuentes y prostitutas, además de hogar de inmigrantes. Raval y marginalidad eran sinónimos, pero es precisamente esta peculiaridad la que ha dado al barrio su actual encanto y carácter.

Hoy por hoy, el Raval es uno de los barrios más emblemáticos de Barcelona. Es el distrito de moda y como tal, goza de una enorme oferta de cultura y ocio: bares, pubs y discotecas de lo más fashion, restaurantes étnicos o de fusión, shawarmas en cada esquina, museos y galerías de arte… Los locales de ocio nocturno más in de la ciudad se han asentado en la zona y conviven con vestigios del antiguo Raval. A pesar de su cambio de imagen, en el Raval todavía se adivinan restos de lo que fue: un barrio de inmigrantes, mujeres de mala vida y algo de delincuencia…

La Rambla del Raval es un nuevo espacio ganado al barrio. Se trata de una avenida encantadora, dominada por locales y personas de procedencia árabe. De ahí, que al barrio se le conozca como como Ravalquistán o Little Islamabad. El Raval está poblado por familias de extranjeros, especialmente de Marruecos, Paquistan, India, Bangla Desh y países del sur y del centro de América.

En cambio, la parte alta del Raval es el centro cultural del barrio y de Barcelona. Ésta alberga varias universidades, el Museo de Arte Contemporaneo de Barcelona (MACBA) y el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, el FAD (Fomento de las Artes Decorativas), además de pequeñas galerías de arte.

Una de las calles emblemáticas del distrito es la calle de la Cera. Antiguamente en esta calle vivían muchos gitanos y se hizo famosa porque allí nació la famosa rumba catalana. Su nombre viene de los ríos de cera que se formaban debido a las numerosas velas que colocaban ante la virgen de esa calle para protegerse de la peste.

El bar Marsella, en la calle Sant Pau, es una parada obligatoria. A principios de siglo fue un distinguido café para señoritos de clase alta, pero con el tiempo se convirtió en epicentro de la vida de alterne. Otro de los tesoros de la calle Sant Pau son las preciosas decoraciones modernistas de los salones del Hostal España, obra de Domenech i Muntaner.

El Raval es, sin duda, un barrio fascinante. Descúbrelo pasando por sus pequeñas y estrechas callejuelas, o como se dice en Barcelona, “ravaleando”. Alquila Apartamentos en Barcelona para descubrir el sabor de un barrio mítico, el Raval.

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