En la búsqueda del Punto G
Uno de los grandes misterios de la historia mundial lo guardan las mujeres como si de un tesoro se tratase: el oculto Punto G. Incontables científicos revelan en sus estudios cada vez más nuevos detalles interesantes sobre esta zona erógena del cuerpo femenino. Muy a menudo, los hombres se apasionan en encontrar este punto tan especial para darles placer a sus mujeres. Por desgracia, muchos piensan que se trata de una especie de botón que hay que apretar para que todo esté solucionado. Lamentamos deciros que no es así…
Para que una mujer tenga un buen orgasmo, hay muchos factores que desempeñan importantes papeles. Es como un juego en equipo donde cada uno pone de su parte para llegar al triunfo. Hablando metafóricamente, el Punto G sería el capitán del equipo. Hay dos palabras absolutamente claves al respecto: orgasmo clitoriano y el orgasmo vaginal. Cada mujer tiene sus propias preferencias, pero desde un punto de vista científico no hay que tener necesariamente un Punto G para poder llegar al punto culminante. Además, falta la prueba anatómica que no deje dudas de la existencia de este punto (que sería una acumulación de nervios en la parte vaginal). De todas formas, los científicos no se rinden en sus investigaciones de la búsqueda del Punto G. Muchos investigadores incluso hablan de un cierto misterio que rodea a este fenómeno. De hecho, el Punto G se parece mucho a los Ufos. Hay muchos que aseguran haberlos visto, y otros que no. Algunos creen en ellos y otros niegan estrictamente su existencia.
Esta zona erógena, también llamado el punto de Gräfenberg, no es una nueva tendencia o un fenómeno reciente. Todo lo contrario. El Punto G goza de una historia muy larga y aparece en la literatura sexual ya desde hace siglos. Sea en el Kamasutra (siglo IV), en los ensayos del doctor neerlandés especializado en anatomía Regnier de Graaf (siglo XVII) o también en los estudios del famoso ginecólogo Ernst Gräfenberg (1881-1957), siempre se ha hablado de una zona misteriosa en la parte vaginal.
Al fin y al cabo, nadie debería desesperarse con la búsqueda del Punto G. Todos sabemos que una mujer goza de infinitas zonas erógenas: empezando con los lóbulos de las orejas, pasando por el cuello, hasta los pezones o los pies. El cuerpo femenino es un excitante viaje de exploración.
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lunes, 16 de noviembre de 2009
En la búsqueda del Punto G | Eventos y Lugares de Roma
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