Las últimas horas del sadismo
A ver si adivinas el personaje… Nació en un hotel en 1740 y murió en un asilo en 1814. Es francés. Su nombre es Donatien Alphone François y pasó 27 años en la cárcel. Seguro que ya sabes de quién hablamos. ¡Del Marqués de Sade, por supuesto! Sade fue un escritor y filósofo considerado un monstruo por la violencia de sus prácticas sexuales transgresoras. Su obra fue censurada hasta los años 60. Para resucitar al “monstruo”, el escritor suizo Jacques Chessex ha escrito un libro sobre sus últimos seis meses de vida. Es « La última calavera de M. de Sade ».
En Suiza este libro se vende envuelto en papel de celofán y con la mención “Reservado a los adultos”, mientras que a Francia no lleva ningún aviso ni protección. La historia comienza en 1814, cuando Sade lleva once años en el manicomio de Charenton, no muy lejos de París. ¿Por qué está con los locos? Escatología, sodomía, pornografía, torturas, incestos, fustigaciones y violaciones eran los credos de Sade. Se puede descubrir esos temas en las obras siguientes: Justine o los infortunios de la virtud (1791), Historia de Aline y Valcour, Los 120 días de Sodoma, La filosofía en el tocador y muchas otras novelas, obras de teatro, etc.
Sade saltó por primera vez a la opinión pública en 1768, cuando se dice que un marqués llevó a su casa la joven viuda y mendiga Rose Keller para fustigarla y obligarla a prácticas blasfemas el domingo de Pascua. La imaginación de las masas no ayudará a calmar el escándalo. Incluso fue condenado a la guillotina en 1793 bajo el régimen de Napoleón. La psicología sexual no era entonces bienvenida.
Su obra fue censurada a lo largo del siglo XIX, hasta 1960. Cuando se incorpora el nombre de Sade en la prestigiosa Biblioteca de la Pléyada en 1990, significa su mayor reconocimiento y aceptación. A pesar de que las librerías venden su obra, es difícil leerlo por Internet por razones de “protección moral”. Desde su muerte, y a pesar de ser un antihéroe, Sade no para de ser una fuente de inspiración para los demás escritores tal como Flaubert, Dostoyevsky, Apollinaire o Rimbaud.
Si deseas comprar este libro que cuenta el fin de su vida, cuando era entonces gordo, muy feo y aún más peligroso, la mejor idea es que vayas de viaje a París. Allí deja a tus deseos expandirse, si alquilas Apartamentos en París tendrás la vida en rosa.
jueves, 11 de febrero de 2010
Las últimas horas del sadismo
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