Con la invención de los e-books, el consumo de la información por Internet, la omnipresencia de las pantallas y la escasa visita a la biblioteca, tenemos tendencia a olvidarnos de lo que significa la palabra papel. Por suerte, existe ese sistema de préstamo libre (bookcrossing), que consiste en dejar un libro en alguna parte (un banco, un árbol, una farola…) y quién sabe por dónde viajará…una vez acabado, se deja en otro lugar y la historia sigue.

bookcrossing

¿Cuantas veces hemos oído que la cultura del libro pierde en aura y en admiradores? Cuando acaba una feria de libro o el día de Sant Jordi en Catalunya – durante el cual la mujer ofrece un libro al hombre, y el hombre una rosa a la mujer –, es evidente la caída de las ventas o una menor tasa de visitas. Los niños están cada vez menos rodeados de libros, que se han visto reemplazados por videos juegos u ordenadores; la gente compra menos el periódico…

Pero eso no significa que hayamos perdido el gusto por la lectura: muchas veces, con la adaptación cinematográfica de un libro, la gente prefiere el papel a la pantalla o por lo menos, su interés se despierta.

Los más inquietos ven en nuestra sociedad una perdida total del sentido de la cultura del libro. Es decir, puede que los libros se hayan convertido en objetos de consumo, para usar y tirar, en la que la relación persona-objeto es puramente funcional. Pero todo cambia, cada uno tiene su propia relación con los libros, no se puede establecer ningún prototipo en ese campo: unos tienen la costumbre de olerlos al abrir la primera página, escribir su nombre adentro, protegerlos, etc. Cada uno valora esos tesoros a su manera.

Además, si tomas los transportes públicos, te darás cuenta de que muchas personas están sumergidas en su propio universo de papel. Muchos incluso se paran al medio del pasillo, molestando el flujo que supone un espacio público de transito porque no pueden parar de leer. A veces, otros se dejan llevar tanto por las páginas que leen, que se olvidan de la parada ¡Es que la lectura engancha, capta, te hace soñar y te lleva a otra parte! Su potente poder de evasión es tal que te hace que te olvides del entorno.

Algunos prefieren no prestar sus libros, ni siquiera a su pareja o compañeros de trabajo. No sólo porque temen que nunca vuelvan al destino, sino porque necesitan tenerlos con ellos para inspirarse, y el hecho de saber que están aquí, a su lado, mirándolos, les da seguridad y creatividad. Las bibliotecas personales se exponen con toda su majestad, ya que los libros suelen ser lo que más tenemos en casa.

El poeta argentino Jorge Luís Borges decía que “uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que lee”. Lo mágico es que leer un mismo libro varias veces en su vida no es nunca parecido, siempre recibes sus mensajes de una manera diferente. Es que una lectura te puede cambiar la vida, te permite tomar conciencia de aspectos y comportamientos humanos, te permite escribir mejor, enriquece tu cultura, fortalece tu imaginación etc. No hace daño. Ya sea una revista, un tebeo, una novela, un periódico… leer es un placer único en la vida.

Coge tu mejor novela, esa que llevan recomendándote durante años o esa otra que lleva durmiendo desde hace años en tu estantería, métela en la maleta y viaja con ella a Marrakech. Alquila Apartamentos en Marrakech y déjate hipnotizar por la ficción.